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Pruebas en el embarazo | ¿Qué pruebas son necesarias?

¿Tienes curiosidad por saber qué pruebas te realizarán a lo largo del embarazo y en qué momento te las harán? Esta es una pequeña guía para disipar tus dudas.

Pruebas en el embarazo durante el primer trimestre

La primera consulta con el obstetra se suele realizar entre la semana 8 y la 10 del embarazo. En esta visita se escribirá tu historia clínica. Para ello te harán preguntas sobre tu salud, si ha habido embarazos anteriores o enfermedades relevantes, entre otras cosas.

La primera ecografía se realiza entre la semana 8 y la 12 del embarazo. En ella veréis si hay un embrión o varios y te confirmarán la edad gestacional (cuánto tiempo llevas embarazada). Revisarán que el embarazo sigue su curso correctamente y también podrán diagnosticar de forma temprana posibles complicaciones.

Durante este periodo también te harán análisis de diferentes tipos (orina, sangre o tiroides). Estos análisis sirven para detectar enfermedades o infecciones que quizá desconocieras y que podrían afectar al embarazo o al futuro bebé.

Al final de este primer trimestre se realiza la ecografía del pliegue nucal. Esta es una de las pruebas en el embarazo que más inquieta a los padres, ya que sirve para detectar una de las anomalías cromosómicas más conocidas: el Síndrome de Down. En la actualidad esta prueba se combina con el llamado Triple Screening, una prueba no invasiva que se hace a través del análisis de sangre de la madre y que analiza posibles alteraciones genéticas del feto, como por ejemplo el síndrome de Edwards y el síndrome de Patau. Por su parte, la amniocentesis, una prueba invasiva que consiste en extraer líquido amniótico del útero mediante una punción, solo se aconseja en caso de alto riesgo. Este riesgo se valorará mediante diagnóstico prenatal y se tendrán también en cuenta la edad de la madre y sus antecedentes familiares.

Pruebas en el embarazo durante el segundo trimestre

Durante el segundo trimestre se realiza una segunda analítica de rutina (sangre, orina y tiroides, como en el primer trimestre). A la que se añade el llamado test de O’Sullivan (conocida como la prueba del azúcar), que comprueba la tolerancia de la embarazada a la glucosa y su riesgo a desarrollar diabetes gestacional. 

La segunda ecografía se realiza en la semana número 20. En ella se estudian los órganos del feto, así como sus extremidades y si hay alguna anomalía en el crecimiento fetal. También se observa cómo funcionan la placenta y la circulación uterina. Midiendo el cuello uterino se comprueba si hay riesgo de parto prematuro.

Pruebas durante el tercer trimestre

Durante el tercer trimestre se lleva a cabo una tercera analítica. Es muy común que en esta fase del embarazo se detecte anemia y que, como consecuencia, se prescriban suplementos de hierro.

Ya muy cerca del final de periodo de gestación, en la semana 34, se hace otra ecografía, la llamada ecografía de nacimiento. En ella se evalúa cómo se coloca el feto, si su crecimiento es el adecuado y se realiza un estudio del líquido amniótico y la placenta.

La semana 36 trae consigo una nueva prueba: un cultivo vaginal para descartar la presencia de estreptococos. Si se encontrara, se administrarían antibióticos a la madre para evitar el riesgo de infección del feto durante el parto.

En la semana 40 se monitoriza al feto para comprobar su frecuencia cardiaca, así como las contracciones uterinas. Estas pruebas se denominan registros cardiotocográficos y se conocen popularmente como “correas”.

Si el parto no empieza de forma espontánea, suele inducirse a partir de la semana 42, pero ello está sujeto a las consideraciones del obstetra que realiza el seguimiento por lo que puede inducirse antes si la salud del bebé lo requiere.

Ten en cuenta que estas son las pruebas que se realizan según los protocolos médicos actuales en un embarazo normal. Cada caso es único y será tu médico quien decida si tú necesitas realizarte pruebas adicionales para un seguimiento más exhaustivo del proceso.